Día ventoso, húmedo y frío el de hoy. Nuestro primer día completo de intercambio con nuestros colegas de Niftarlake college. Este intercambio es una caja de sorpresas y al mismo tiempo un magnífico campo de entrenamiento sobre cómo hacer las cosas en los próximos que hagamos. Los errores de coordinación y los mal(o sobre)entendidos a veces producen situaciones incómodas que te llevan a replantear lo que aún queda por hacer. Descubres que tus colegas de la escuela holandesa llevan todos una sudadera alusiva al intercambio y tus alumnos se quedan con cara de pasmo: «¿Por qué nosotros no?» fue la pregunta más escuchada hoy.
Pasemos por alto este fallo de coordinación. Seguro que no volverá a producirse en ocasiones venideras.
El desarrollo de las actividades, por contra, está funcionando más que correctamente, los chicos están activos todo el tiempo y no hay tiempos en blanco más allá de los producidos por los consiguientes retrasos (no son personas si no van de compras).
Carreras por Utrecht, vistas a los Archivos de la ciudad, subida a la torre de San Martin. fotografiando, filmando, preparando los siguientes pasos en estas actividades en torno al Patrimonio cultural que forman parte del núcleo duro de nuestro proyecto Erasmus + KA229 «The Memory Chest».
Pero, si has llegado hasta aquí, te preguntarás ¿de dónde sale ese título tan extraño para el post de hoy; sencillo. como dijo alguien alguna vez: «Nulla dies sine linea», pues mis alumnos se lo toman al pie de la letra y no permiten que pase un día sin decir la frase ingeniosa que, sin pretenderlo, describe la situación real del momento. En la torre de San Martin hacía un viento muy fuerte y una de las chicas no pudo evitar que, bueno, la frase que ella misma dijo.

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