Día4 ; Intercambio alumnos 3º ESO. Jornada en Utrecht

Cuando escucho la palabra Utrecht me viene a la memoria aquello que tuvimos que estudiar cuando teníamos más o menos la edad de nuestros alumnos que están aquí con nuestros profesores de historia de antes. El tratado de utrecht, aquel por la que perdíamos Gibraltar entre otras cosas y por la que los Borbones se asentaban en el trono del reino…(espero que la memoria no me está traicionando porque hace ya un montón de tiempo que estudié todo aquello). No muy buenos recuerdos para mí de entonces, para ser sincero, pero seguro que los momentos que nuestros alumnos han acumulado en el día de hoy en Utrech quedarán en su memoria para siempre.

No hablamos de pérdidas de colonias, de cambios de dinastías (el tema de los Borbones daría para muchos dolores de cabeza pero esa patata caliente se la dejamos para nuestros compañeros de historia y geografía). A cambio paseamos por una ciudad hermosísma, hicimos algo de deporte pedaleando en barcas e incluso tuvimos tiempo para hacer algunas compras. Nada más llegar (cada uno lo hizo por su cuenta, unos en bicicleta, otros en el coche de su familia de acogida, los profes en uber,…) nos sobrecogió lo bonita que es la ciudad, No muy grande comparada con Amsterdam, Utrecht tiene unos 350.000 habitantes y Amsterdam en torno a 1 millón, bastante tranquila y recorrida por un canal principal (Oudegracht) que después se va ramificando por buena parte de la ciudad y que permite recorrerla en buena parte en barco. En el centro de la ciudad encontramos su monumento de referencia, el Domtower, pero desgraciadamente estaba en obras y no pudimos disfrutar de su imagen, ni de sus vistas panorámicas desde lo alto de la misma

Oudegracht,el principal canal en Utrecht
El agua y las bicicletas, siempre presentes en Utrecht y en Holanda en general

La principal actividad grupal del día, fue pasear en bote de pedales a través del sistema de canales de la ciudad. Para mí, fue una experiencia bonita pero dura. A pesar de que la temperatura era más bien baja, termine sudando y pidiendo relevos a mis compañeros de bote (alumnos holandeses) porque las piernas no me daban para más de tanto dar pedales. Sin embargo, en el rostro de los alumnos no aprecié cansancio, lo que ví fue alegría y ganas de continuar conociendo la ciudad

El equipo de la profe y Daniella, Sandra e Inés
En cada equipo cuatro miembros que se turnaban para pedalear

Tras un descanso en el que muchos aprovecharon para hacer algunas compras y comer algo, tocaba regresar con las familias de acogida o pasar el resto de la tarde como a cada uno le apeteciera.

El día tocaba rematarlo con una especie de fiesta en el instituto, a la que ellos le llamaron «casino night at school». El nombre a mí me asustaba un poco, pero los alumnos pasaron un rato estupendo como cabía esperar, porque además coincidieron con alumnos de otro intercambio del mismo instituto con alumnos de Figueras. En mi caso tengo que decir que no disfrute tanto porque la música que estaba poniendo el dj no era de mi gusto y además en ese momento mi equipo estaba jugando frente al Real Madrid y yo sin poder ver como estaba perdiendo. La recogida de los alumnos se hizo en orden y sin incidencias. Fuera hacía frío y viento, llovía también un poco. Tiempo de volver a casa o al hotel y recobrar fuerzas para el día siguiente,

Profesores de los distintos institutos al final de la fiesta

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