Empezar un curso reconociendo que la mejor manera de alcanzar la Sostenibilidad es con políticas de sensibilización, nos pone ante la incertidumbre de si estamos analizando la vida real o los mundo de Yupi.

Afortunadamente para todos los presentes en el curso aparecen, de súbito, las políticas coercitivas con sus correspondientes tablas de sanciones y multas. De este modo, ya nos percatamos de que no vamos a tratar «Los mundos de Yupi» sino el mundo real, el del día a día que debe promover acciones responsables, continuas y evaluarles. Es un alivio personal encontrarse, desde los inicios, con un planteamiento que huye de la magia, de lo irreal y de lo fantástico.
Durante las dos primeras jornadas compartimos experiencias de los diferentes países que aquí están representados y se fijan las bases para establecer patrones comunes que puedan ser agrupados en fenómenos globales. En este sentido, el agua, el aire y la biodiversidad parecen acaparar casi toda la atención porque la tierra, la misma que hace unas décadas era objeto de discusiones por su uso como alfombra para esconder la «basura», parece pasar por momentos más dulces desde que el tratamiento de los RSU (Residuos Sólidos Urbanos)se ha expandido y mejorado notablemente.

No podemos olvidar, y así lo hago saber porque en mi actividad profesional pasada fue objeto de muchos estudios y horas de trabajo, que todo está interconectado: aire, agua, suelo y biodiversidad. Tampoco debemos centrar los problemas del suelo en los RSU porque existen nuevos desafíos, como los incendios que están asolando a Europa, que modifican drásticamente cada uno de los puntos que figuran en la pizarra resumen.
Resulta muy gratificante observar como los alumnos participantes aportan sus respectivas visiones analíticas y críticas sobre los problemas que destacan en los diferentes países. De este modo, respecto a España, se generaliza la opinión de que no usamos la potencialidad de «nuestro sol» como deberíamos.
La jornada vespertina
La jornada termina con un paseo por el Temple Bar para, entre otros asuntos ajenos a Guiness, reconocer como es la distribución de los elementos urbanos que componen el sistema de recogida de residuos: inexistente al 99 por ciento. Ya lo explicaré en la próxima entrada.
De momento os dejo con una foto que jamás pensé que podría hacerme, por la dificultad para encontrar esta joya de la biodiversidad irlandesa: un Irish Wolfhound, perro lobero irlandés introducido por un cónsul romano en siglo IV.
