Escribo hoy desde el avión que me trae de vuelta a casa, quería transmitiros mis últimas percepciones de la semana vivida.
Aparte de las charlas y las visitas a los institutos, he podido encontrar más diferencias en los dos países que he visitado. A pesar de encontrarse a solo dos horas y media de distancia en barco, la primavera que en Helsinki lleva retrasándose dos o tres semanas, según me dijeron, ha llegado de forma rotunda a Estonia. Pude observar lo que digo mientras visité el museo al aire libre de Estonia y durante el viaje a uno de los institutos, situado a unos 45 minutos de la capital.
El museo al aire libre es un concepto curioso, que también tenían en Helsinki. Se trata de una gran superficie de terreno en la que se encuentran expuestas viviendas y construcciones de distintas épocas y lugares de la zona. Algunas no son reproducciones, sino la propia vivienda que ha sido trasladada y “construida“ de nuevo en este emplazamiento. Es un espacio genial para pasar un día en la naturaleza.
Otra diferencia que he encontrado es el modo de vida. Me llamaba la atención la tranquilidad que se respira en Helsinki, es como si fuera una ciudad que tiene mucha superficie para su número de habitantes y eso hace que siempre parezca muy vacía, sobre todo a partir de las 8 de la tarde a pesar de que todavía hay mucha luz diurna. También es cierto que eso me ha hecho llevar una vida más “sosegada”. Los que me conocéis entenderéis que me he sorprendido a veces paseando sin prisa, sin estrés porque no hay colas y muy poca gente en todos sitios. Tallin se me asemeja más a una ciudad española, con mucha gente hasta tarde incluso en días entre semana, restaurantes llenos. Ciertamente se nota que es una ciudad mucho más turística.
La última reflexión que hago es para destacar las relaciones que se establecen entre los asistentes a un curso de este tipo, a pesar de ser solo una semana. Los profesores que participan en este tipo de iniciativas suelen tener interés en involucrarse en proyectos internacionales y es una oportunidad para pensar en desarrollar actividades conjuntas. En la despedida todos se ofrecían a participar en cuantas iniciativas se le pudieran ocurrir a los demás.
De hecho, durante este viaje he empezado a hacer gestiones para conseguir alguna escuela para el jobshadowing que realizaré el curso que viene. Ya veremos en qué queda todo.





¡Hola, Pepa!
Muchas gracias por compartir tus impresiones y aventuras. Has conseguido llevarme de viaje a mí también y que me emocione contigo.
Espero con muchas ganas más anécdotas cuando nos veamos.
Un beso muy fuerte y hasta pronto,
Irene
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Hola Irene.
Me encanta que hayas escrito y que hayas conseguido «ver lo que yo he visto». Por supuesto que hablaremos más de esto cuando nos veamos.
Un besazo.
Pepa
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