Bruselas, martes 17 de julio de 2018
Ayer lunes fue día de viaje y toma de contacto con la ciudad. Tuve la oportunidad de ver la importancia de los idiomas, del sentido de la orientación, de la amabilidad de las personas y también de la importancia que se le da al futbol (1).
Llegué a la estación «Bruxelles-Midi», mi francés y mi alemán de hace 20 años están oxidados y confiaba en mi mantenido inglés. Mi intuición y mi búsqueda de información previa me decían que debía coger el metro, pero hice caso de un voluntarioso señor que estaba «ayudando» al personal del kiosko de información de la estación y terminé andando perdida, cargada con mi maleta, una hora por Burselas. El movil, sin conexión a ninguna red belga, tampoco me ayudaba, así que como buena exploradora, con mi mapa en mano como antaño, con paciencia, disfrutando del «paseíto», y de vez en cuando preguntando, llegué al hotel. El hotel está cerca de la plaza de Luxemburgo, en pleno barrio europeo. No me gustan nada los selfies, así que no salgo en la foto, pero me encantó este cartel que me encontré anoche en esa plaza cuando salí a cenar «Welcome to Station Europe», punto recomendado para empezar a conocer el Parlamento Europeo.
Estoy deseando empezar hoy mi curso «Entrepreneurship Education«, dentro de un par de horas y conocer a compañeros docentes de otras nacionalidades, ver como potenciar ese sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor
Footnote 1: 😉 lo de la importancia del futbol es que al parecer el domingo aquí hubo celebraciones por el tercer puesto de la selección belga en el mundial, y ayer en todas las cadenas de noticias francesas del hotel salía la selección francesa compartiendo la copa con Macron y el «pueblo» francés.
Susana Ortega