No tenía previsto visitar la British Library aun a pesar de tenerla a escaso cinco minutos de mi residencia. Es enorme y descomunal, pero no la tenía como uno de mis imprescindibles. Sin embargo…
Sin embargo, la visión de este cartel a diario ha actuado como el perfecto cebo para un historiador y, finalmente, he cedido a la tentación.
La British es una mole de edificio al lado de otro no menos imponente, la estación de ferrocarril de St Pancras international, un descomunal edificio neogótico de tonalidades rojizas, debido a los ladrillos con que está construido. Desde aquí sale el tren Eurostar que une Londres con París y Bruselas a través del túnel submarino del Canal de la Mancha.
Al acceder al patio anterior de la biblioteca encontramos una estatua que representa Newton, fundida en bronce por Edoardo Paolozzi y que se inspira claramente en los dibujos de William Blake
En esta biblioteca hay restaurantes, tiendas y cafetería y, sobre todo, mucha vida. Es un lugar cómodo y pensado para que el investigador se sienta a gusto; razón por la cual no es extraño poder compara en la tienda de la biblioteca un adaptador para cualquier clase de enchufes, algo que puede necesitar todo el que vaya armado de su portátil y que, cualquiera, puede dejarse en casa.
100 años, un siglo ya de la Revolución rusa. El segundo acto (si tomamos a la I Guerra Mundial como el primero) del que denominó Eric Hobsbawm el «corto siglo XX». La exposición es un recorrido por el contexto histórico previo a la revolución, la Gran Guerra, la propia revolución y, finalmente la guerra civil y la muerte de Lenín. Carteles, fotografías, películas e incluso grabaciones de audio de discursos de Lenín… Una exposición muy interesante que se basa, esencialmente, en los fondos de la propia biblioteca.
Pocas imágenes puedo poner de la expo, no en vano estaba prohibido tomarlas, pero ¡ejem! aquí van algunas. Disculpad la poca o nula calidad de las mismas.
Y también tenían el famoso cartel de la CUP, perdón, no el de la CUP pero sí uno de los que usó para inspirarse su diseñador. Pongo los dos y así lo dejo más claro.
La Tate Modern, otro edificio descomunal, otra mole. El templo del «arte difícil». Es broma, pero no es menos cierto que si vienes dispuesto a encontrarte obras como las de la National Gallery o, incluso el Tate Britain mejor que no entres. Se encuentra alojado en la antigua central de energía de Bankside, en la orilla sur del Támesis. Originalmente diseñada por sir Giles Gilbert Scott y construida entre 1947 y 1963. Dejó de funcionar como central eléctrica en 1981 y el edificio fue reconvertido en museo por los arquitectos suizos Herzog & de Meuron, quienes dieron al edificio su imagen actual. Picasso, Miró, Dalí, Kandinsky, Max Ernst, Mondrian, Matisse, Degás, Ai Wei Wei, Bruce Naumann son sólo algunos de los artistas que tienen obras en este museo tan apabullante en lo arquitectónico.