Una vez en casa, certificado en mano, y horas antes de volver al trabajo, también me gustaría compartir ciertas facetas de la vida en Helsinki que me han llamado la atención.
En mi opinión, tanto el aspecto cultural como la vivencia de otras costumbres que aportan las movilidades Erasmus+, son tan importantes como los conocimientos específicos que se adquieren en el curso que se hace. A lo largo de los no pocos kilómetros que he recorrido en el tiempo libre, he tomado algunas fotos de cosas que me resultaron curiosas.
Si el sitio al que llegas es lejano al de procedencia, mayor es el contraste, mas diferencias se aprecian entre la rutina cotidiana y lo que ves por la calle, y por tanto, mas interesante resulta todo. Aunque igual, tan lejos no estaba…

La primera dificultad aparece con el idioma. Las lenguas oficiales son el finés y el sueco, aunque por fortuna prácticamente todo el mundo con quien tienes que interactuar domina el inglés, porque recordar el nombre de una calle, pedir en un restaurante, o escoger el paquete adecuado de leche en el supermercado, es toda una aventura.


Yo no tenía idea de que el finés y el sueco fuesen tan diferentes. Incluso el nombre de los sitios apenas tiene parecido.

La primera vez que vi esta imagen…
…pensé que venían de un campeonato de motociclismo o algo así.
Pero resulta que es la vestimenta de los estudiantes universitarios. El color del mono depende del curso que hagan y de lo que estudien.

A la hora de vestir no hay grandes diferencias, aunque eso sí, estar dentro de los sitios con los zapatos puestos se considera, con razón, muy incómodo. Ya lo percibí al volar hacia aquí: fui de los únicos que no se quitaron los zapatos en el avión.

En un instituto que visitamos también había que descalzarse.
También hay ropa con mensajes más o menos explícitos.

Suelen ser muy prácticos en casi todo. La mayoría de las aceras son de asfalto, nada de mármol u otra solería, pero como llueve bastante, el asunto del agua de los bajantes lo tienen bien pensado…
Aunque parece ser que en invierno hay algo mas que lluvia y nieve.
Algunos aseos públicos son unisex.
Aunque además, y sin ánimo de parecer escatológico, creo que aquí están los aseos con mejores vistas del mundo…
Por otro lado, en bastantes pubs y restaurantes, las mascotas pueden entrar.
Si se trata de construir una infraestructura para un espacio público, en lugar de encargársela al primo del concejal del ramo, preguntan a la ciudadanía qué esperan encontrar en, por ejemplo, una buena biblioteca, y actúan en consecuencia. De este modo tienen instalaciones como Oodi, premiada como mejor nueva biblioteca pública del mundo, donde además de las clásicas salas de lectura y préstamo de libros, se puede reservar, totalmente gratis, desde un estudio de grabación o edición de vídeo a una impresora 3D, pasando, por qué no, por una sala para bordar o coser a máquina y planchar.

En fin, a ver si sale el concurso de traslados porque, además, con estas salas de profesores igual alguien se lo piensa…
