Después de cuatro sesiones del curso ya tengo una idea más cabal sobre cómo es realmente y si está cumpliendo las expectativas que en él tenía.
Como ya dije, las clases se imparten en un instituto de formación profesional de la ciudad de Vantaa, próxima a Helsinki, y además de la información que nos va suministrando la conductora del curso, Andreea Gatman, hemos contado con la presencia del director de otro instituto próximo y de varios docentes que nos han mostrado diversos aspectos de su quehacer diario.
De nuevo, lo que más me ha sorprendido ha sido la importancia que en Finlandia se da a la educación, que se traduce en una inversión que deja boquiabierto a cualquiera (el director del instituto, de menos de 500 estudiantes, nos dijo que en los últimos cuatro años habían invertido ¡¡once millones!! de euros en renovar el equipamiento de nuevas tecnologías y que estaban inmersos en una reforma del edificio también de varios millones.

En el aspecto didáctico, llama la atención la gran flexibilidad del currículo y las múltiples posibilidades que tienen para llevar proyectos de toda índole a la práctica, tanto dentro como fuera del aula.

De las intervenciones de esos profesionales resaltaría varios aspectos:
-El tiempo no es importante. Cada persona tiene su propio ritmo de aprendizaje. No hay que obsesionarse con terminar una programación y el cómo de consiguen los objetivos es un debate abierto.
-Los círculos de confianza. En los colegios e institutos se establecen círculos de confianza, de modo que el alumnado puede optar, en determinados momentos, por hacer la tarea donde desee: en otro lugar de la clase o ¡en otro lugar del instituto! Si la tarea se finaliza según lo previsto, todo continua; si no es así, se vuelve al círculo interior, del que ya será más difícil salir.
-Los exámenes tienden a desaparecer. Esto es así en educación primaria, pero también en secundaria, fundamentalmente en los primeros cursos. Se presta mucha atención a la autoevaluación del alumnado (self-assessment), y a la evaluación en parejas de alumnos (peer-assessment). Sorprendentemente, indican que las notas que se ponen los alumnos a sí mismos suelen estar por debajo de las que les pondría el profesor.
-Los centros escolares forman parte efectiva de la comunidad educativa. No hay vallas ni puertas cerradas. Cualquiera puede hacer uso de las instalaciones por las tardes o durante los fines de semana.
-The Living Labs. En el instituto que visitamos tenían este aula especial, dedicada a experimentar nuevos entornos de aprendizaje, nuevas técnicas de enseñanza. No hay disposición fija del alumnado, ni pupitres, sino alfombras, cómodos sillones y ‘puffs’. El alumnado decora las paredes a su antojo y puede entrar o salir del aula a la hora de realizar las tareas (círculos de confianza).


En fin, una serie de cosa que rompen esquemas. Aún me queda por averiguar cómo se manejan con el fracaso. Imagino que pese a todos los intentos y facilidades, habrá un porcentaje del alumnado que, por el motivo que sea, no llegará a dar lo que de ellos se espera o no consigue cubrir los objetivos. Veremos qué averiguo.
Alucinante, Nicanor. Muchas gracias por la información!!
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