Cuarto día en Dublín

Hoy hemos orientado la clase a aprender técnicas de enseñanza de yoga y meditación para nuestro alumnado.

Como cada día, hemos realizado nuestra clase práctica en el exterior al sol. El sonido de los pájaros, de los árboles y de la naturaleza ha amenizado la sesión hasta conseguir llevarme a una relajación absoluta. He conseguido evadirme de todo ruido interno que en nuestra rutina diaria bombardea nuestra cabeza sin permitirnos mantener en muchas ocasiones la calma y la serenidad. Hoy las profesoras han focalizado la clase en el cuidado propio y en trabajar la autoconfianza y la seguridad en uno mismo para poder aportar cosas más bonitas y agradables a quienes nos rodean. Ha sido maravilloso.

Para terminar la jornada de hoy, nos han asignado dos de las posturas de yoga vistas en clase para enseñarlas mañana a nuestros compañeros, simulando que son nuestros alumnos. Tras ello, hemos vuelto a relajarnos con una meditación guiada por ellas y dando las gracias por todo lo que nos lleva aportando este curso y esta experiencia en Dublín.

Por la tarde hemos seguido visitando partes de la ciudad y hemos comprado algún souvenir en el centro. Y, cómo no, hemos degustado la Guinnes típica irlandesa en un pub con música en directo en el distrito de Temple Bar.

Mañana es el último día y me parece mentira que esté pasando la semana tan rápida. Siento que he tenido mucha suerte con el curso elegido.

Un abrazo enorme.

Ana Alicia Marín Cano.

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