Casi veinte meses han pasado desde la última vez que estuve en una movilidad Erasmus+. Casi dos años en los que el atravesar fronteras era una especie de odisea en el más puro y mítico de los sentidos. El virus, su presencia siniestra e invisible, actuaba sobre la movilidad como Poseidón sobre la voluntad de Odiseo de volver a casa.
Y aquí estoy yo ahora, en Bolonia, Italia, en una de cuyas principales plazas se alza una estatua de Neptuno, el equivalente romano de Poseidón, tratando de aparentar normalidad en un tiempo de cambio, donde las mascarillas y el gel hidro alcohólico se han convertido en elementos indispensables si queremos movernos con cierta tranquilidad o si, simplemente deseamos acceder a un museo, tienda, restaurante, etc.
Aquí me trae el curso «Discover the power of Game Based Learning and Gamification in Education». Mi interés por estas herramientas y aplicaciones se ha intensificado durante los meses de cuarentena en los que, necesariamente, había que recurrir a métodos diferentes y alternativos para mantener la atención de unos alumnos dispersos y, al mismo tiempo, confinados.
Nuestro primer día de curso es una toma de contacto con la ciudad y el resto de los participantes: salvo otro compañero malagueño, todos provienen de países eslavos; un dato curioso que, quizás, nos pueda decir mucho sobre cómo se está volviendo a la «normalidad» en Europa después de esta pandemia.
Posiblemente no tenga un casco antiguo tan apabullante como otras ciudades italianas, pero Bolonia es interesante y muy agradable para pasear. No está atestada de turistas, al menos no ahora. El paseo concluyó con un «tagliere» una cena típica boloñesa
Mañana comenzamos el trabajo de verdad. ya iremos informando
From lost to the river 