OULU (FINLANDIA) DÍA O

Recién llegada, después de haber visto desde el avión una puesta de sol que parecía fuego (a las cuatro de la tarde) pateando nieve al bajar del autobús urbano, como si la viera por primera vez… ¡Estoy en Oulu! Mañana por la mañana me recoge mi coordinador, Seppo Saloranta, y comienzo mi curso Erasmus a las 8:30… Pero hoy, inopinadamente, ya he tenido un primer contacto con otros Erasmus españoles que, como yo, vienen a buscar experiencias en el invierno nórdico. Un contacto imprevisto, pero muy grato, con unos profesores cordobeses que volaban a Helsinki. Llevaban niños de 5º de primaria a una residencia de estudiantes donde convivirían, durante esta semana, con otros niños de diferentes países. Me hablaron de su colegio, de su programa, de sus aspiraciones. Yo les hablé de nuestro instituto, de lo grande, lo variopinto y lo versátil que es.

Estuve observando el modo en que tranquilizaban a sus alumnos, que eran muy pequeños (o me lo parecían a mí, acostumbrada como estoy a los adolescentes) y algunos lloraban: era la primera vez que volaban. ¡Qué arte el de sus maestros para calmarlos! Incluso lograron que tuviesen un vuelo divertido y les pusieron en contacto con otros viajeros, finlandeses, japoneses o españoles, como yo, para que abriesen sus horizontes y practicasen inglés…

Viendo a esos docentes cordobeses me sentí como si mirase desde fuera mi propio oficio, y me dije: qué grandes somos los profesores. No sé de qué pasta estamos hechos, pero somos gente especial. Con verdadero talento.

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